martes, 23 de julio de 2013

MEDITACIÓN PARA LA MUJER.


Respiro, despierto a mi serpiente que asciende y me energiza.
Aire, vientos, lluvia, agua, vida, fuego, tierra.
Miro desde adentro hacia afuera...
ilumino mi pasado, ilumino mi futuro...
y ahora ilumino constantemente mi eterno presente.
Se ilumina de amor mi camino,
el camino por el que siempre me he visto transitar...
Llamo a la abundancia, a la prosperidad, a la salud, al buen humor, a la gracia.
Llamo al respeto, al equilibrio...
Invito a los amigos, los buenos tiempos, a la comprensión, a la aceptación,
a la empatía...
Llamo con todas mis fuerzas y todo mi intento al Amor, al cariño, a las miradas limpias,a las palabras claras, a los corazones abiertos.
Llamo a la confianza, a la honestidad...


Grito a la Libertad, al libre albedrío, al conocimiento y al verbo divino.
Soy el recipiente capaz de percibir y expresar todas estas cualidades.
Estoy dispuesta, estoy preparada.
Que se manifieste en mi vida la creatividad, las ideas, las acciones,
la energía para realizarme en todos los ámbitos que sean mi opción.


Tengo todo lo necesario para el viaje, he vivido suficientes experiencias
como para iluminar mi universo.
Soy pura luz, siempre, vine a expresarme y a crear según lo que sienta más bello,
más amoroso y que yo quiera experimentar.
Nada de lo que sucede está absolutamente improvisado.
Las pautas estaban ahí porque yo las puse ahí desde siempre.


Tengo mi mente limpia de pensamientos de odio, rencor, rabia.
Tengo mi verbo libre de ofensa o violencia.
Mi corazón es puro, está entero, vivo, abierto, inocente, blando y fuerte.
Mi voluntad está centrada, lista para emerger en el momento propicio
y volar al entorno.
Mi hara, mi matriz contiene una infinita fuente de energía creativa
que se utilizará para el viaje que quiero experimentar...
y que mantiene todos mis cuerpos en completa armonía,
equilibrio y vitalidad luminosa.

Esa soy yo.
La mujer que vive.






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